Como estudiantes nos proponemos día a día diferentes metas que a lo largo del tiempo fueron concebidas por una motivación interna y personal pero nada surge espontáneamente se crea. En los inicios de nuestra educación tenemos frases concurrentes de nuestros padres como:
• No puedes traer un rojo en la libreta
• Te castigare todo el verano ni desapruebas un curso
• No puedes faltar a clases
• No recibirás propina si no estudias
• De lunes a viernes está prohibido que salgas
El padre busca el desarrollo y superación de sus hijos pero antes de buscar condicionar cada acción debemos inculcar que para saber hay que querer saber.
La educación temprana nos demuestra que estimulando de una manera adecuada al menor a nivel cognitivo, motor y verbal forja la base de su desarrollo integral.
Es mejor prevenir que lamentar una frase que resume que el conocimiento de nuestro medio de los sucesos y cada acción nos alertan a un camino o decisión equivoca, cada experiencia nos llena de saber y aprender de algún error superarlo y corregirlo.
Desde pequeños nos enseñan que cada labor en casa o fuera de ella es premiada con un objeto o dinero que a nuestro parecer cumplen su función estimular a la realización constante de esta, pero, debemos realizar una acción por si misma buscando la satisfacción de hacer lo correcto.
Debemos enseñar motivar ayudar y predicar con el ejemplo para fomentar actos buenos e internalizar una virtud formando una persona integral.
Con el correr de los años debemos rescatar que todo está en conexión y que cada puesto o cargo en una empresa no radica solo en la formación académica sino en cada uno de los valores de la persona como la justicia, la solidaridad ,el respeto, la puntualidad que forjan no una maquina sino a una persona moral .